Título | Vana Stanza I | |
Autor(es) | Osorio, Amílcar | |
ISBN | 9586555267 | |
Tipo de publicación | Libro | |
Parte de | Vana Stanza | |
Idioma | Español | |
Edición | 2 ed. | |
Publicación | Publicador | Editorial Universidad de Antioquia |
Fecha | 1989 | |
Lugar de publicación | Medellín | |
Descripción física (páginas) | 21 a 60 | |
Resumen | Es la primera parte de la división subsiguiente: “Vana Stanza II”. Contiene una dedicatoria inicial: “A Saúl, Efrén, Fernando y Luis” seguida por un epígrafe en latín: “Ecce homo, sine domo. Anónimo del siglo XII” que traduce: “He aquí el hombre sin domar”. Está compuesto por 36 poemas titulados todos como “Stanza” y en el índice del libro son subtitulados con el primer verso de cada uno de los poemas. Es notable que permanece la misma línea de sentido comprendida a partir de la provisión de símbolos y la descripción figurada hecha de los objetos del domicilio y las demás locaciones relacionadas con ésta. En comparación con “Servicios”, en este poemario no es tan notable la acción y el oficio del poeta frente a los objetos y lugares; no obstante, se puede notar que se desarrollan nuevas imágenes a partir de la relevancia que se le da a elementos simbólicos como el cuerpo: “Stanza. Sin cuerpo flotan alas”; “Stanza. Ni aquí las manos”; “Stanza. Y la risa impenitente se oye siempre”. El reconocimiento de una voz lírica cambiante, se entiende a partir del lenguaje; el empleo de una tercera persona trasciende el “yo” de los poemarios anteriores, lo que deja entrever que no se trata de un yo poético entendido a partir de la acción o menester con relación a los objetos y locaciones, sino un testigo que si bien se sitúa en un territorio, interviene como observador y su función se remite a la descripción basada en la experiencia poética, o mejor, vivencia sensibilizada como antelación de una decodificación del espacio y las cosas que en él se hallan. La base de este pulso o intención estética del autor se mide a partir de la mención primaria hecha de dichos lugares; para ello se enuncian elementos como: el cielorraso, los muros, los rincones, el balcón, el lecho, la ventana, el cuarto, entre otros. Éstos se pueden entender como base de la simbología que se le provee a los objetos ubicados en estos lugares. Los más enunciados son: el espejo, la cama, la puerta, el tapete y las losas. Esta observación y experiencia sensible puede notarse en un yo lírico provisto de más sensibilidad; tal observación es a partir de las menciones de vacíos, risas ensueños. Además de esto ya se establece una relación con lo temporal, en este caso la noche: “Las concavidades de las noches/ en las noches se aglomeran/ y en ágapes concitan, plenas/ de vaciedades y carencias /[…]”. En el juego de simbolismo, dado con base a la observación, ubica a un sujeto lírico en los intervalos del tiempo y el espacio, que es a posteriori una de las principales posiciones propuestas en el estilo de Amílcar Osorio para esta obra. | |
Materias | ||
Notas: Mención de responsabilidad | Análisis y sistematización de información: Manuel Felipe Álvarez, Filólogo hispanista, Universidad de Antioquia.
Proyecto: Memorias y archivos literarios (SILC-Jericó), (2011-2012) Responsable: María Stella Girón López, profesora de literatura, Facultad de Comunicaciones, Grupo de Investigación Colombia: tradiciones de la palabra (CTP), Universidad de Antioquia. Institución: Banco Universitario de Programas y Proyectos de Extensión –BUPPE- Convocatoria 2011, Vicerrectoría de Extensión, Universidad de Antioquia |